El pasado 27 de noviembre, el Cardenal Monteiro de Castro,
Penitenciario Mayor del Vaticano, concedió por mandato de S.S. Benedicto XVI a
la Hermandad de la Macarena un Jubileo con motivo de la celebración del
Cincuentenario de la Coronación Canónica de María Santísima de la Esperanza
Macarena.
Este Año Jubilar macareno dará comienzo el
día 1 de junio de 2013 y finalizará el 1 de junio del siguiente año, pudiendo
conseguir Indulgencia Plenaria en las condiciones habituales todos los fieles
que visiten en peregrinación durante este periodo de tiempo la Basílica de la
Macarena.
La Junta de Gobierno aprobó en Cabildo de
Oficiales celebrado en el mes de abril de 2011 solicitar la concesión de este
Jubileo, dándose traslado del contenido de este acuerdo en el verano de ese
mismo año a nuestro arzobispo, el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Juan José Asenjo
Pelegrina, quien acogiendo como propia la iniciativa dio traslado a la
Penitenciaría Apostólica de la Santa Sede, ofreciéndonos una nueva muestra de
afecto y cercanía hacia nuestra hermandad por lo que de nuevo le mostramos
nuestro agradecimiento, estima y respeto.
La Junta de Gobierno quiere transmitir
también su agradecimiento por la gracia concedida a la Hermandad al Cardenal
Monteiro de Castro, quien ya tuvo la oportunidad de visitar la Basílica y orar
a las plantas de la Santísima Virgen de la Esperanza en el mes de mayo de 2000,
cuando ocupaba el cargo de Nuncio Apostólico en España.
Se conoce como Año Jubilar o Año Santo, al
espacio de tiempo con el que la Santa Sede recompensa con singularísimas
gracias a los fieles que acudan al templo al que se le concede dicho
privilegio. Se trata de un gran acontecimiento religioso y se convierte en un
año de remisión de los pecados y de sus penas; se convierte en el año de la
reconciliación, de la conversión y de la justicia, además de propiciar una
renovación de los deseos por servir a Dios en el gozo y la paz con el resto de
los hermanos.
Con la concesión del Año Jubilar, la Basílica
de la Macarena ahondará en su vocación de escuela donde se profundice en el más
importante de los mandamientos del Señor, el del amor fraterno, convirtiéndose
en tierra prometida para todos cuantos a ella acudan para encontrarse con Dios,
consolidándose aún más como centro de peregrinación para que quienes lo visiten
hagan de su encuentro con la Santísima Virgen un verdadero testimonio de fe
cristiana y que al peregrinar en compañía de nuestros hermanos podamos vivir la
gracia de la reconciliación y sintamos la alegría de la gratitud a Jesús y a
quien lo acogió en sus entrañas, la Santísima Virgen María.
Este Jubileo permitirá que la luz que se
irradia desde la Basílica de la Macarena llegue aun más lejos y se afiance como
faro de fe verdadera, que proteja a aquellos que quieren navegar bajo su
protección y puedan llegar a buen puerto aferrándose al ancla de su esperanza
para que fortalezca sus testimonios como buenos cristianos.
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