miércoles, julio 25, 2012

Cuenta La Leyenda Sevillana Que Te Cambiaron Por Un Reloj...

Cuenta la leyenda sevillana que te cambiaron por un reloj....Que el Hospital de las cinco llagas de esta manera te perdió...Con una muralla de amor en san gil te cobijaron y asín fue creciendo el fervor al transcurrir de los años.

Comienzo de una sevillanas dedicada a mi virgen la Esperanza Macarena

La referencia escrita más antigua de esta leyenda se debe a Félix González de León, cronista de la ciudad durante la primera mitad del siglo XIX, más tarde recogida, todavía en el mismo siglo, por José Bermejo en sus "Glorias Religiosas".

Refiere, con ciertas dudas, que Nuestra Señora de la Esperanza había pertenecido al Hospital de las Cinco Llagas o de la Sangre, sin precisar la fecha, ni existir documentación alguna al respecto. En efecto, solo hay constancia de haber residido inicialmente en el convento de san Basilio, desde mediados del siglo XVII, en la parroquia de san Gil y, por último, en su basílica de la Macarena. 

El Hospital de las Cinco Llagas, denominado también con el tiempo, de la Sangre, pasa por ser otra de las instituciones más características del popular barrio desde el traslado definitivo a este lugar, ya que inicialmente tuvo su emplazamiento en la calle Santiago

Según la leyenda, un viajero que iba a embarcarse hacia las Indias cayó enfermo antes de subirse al barco y lo llevaron al Hospital de las Cinco Llagas, hoy sede del Parlamento Andaluz. No se pudo hacer nada por su vida y murió sin haber hecho testamento. Al cabo de un año, nadie reclamó el cadáver y el hospital decidió quedarse con lo que llevaba. Abrieron su maleta y allí encontraron la mascarilla y las manos de una Virgen bellísima. A pesar de la belleza de la imagen, las monjas que se hicieron cargo de ella no encontraron un altar donde colocarla debido a la falta de espacio en la capilla, así que la guardaron en un lugar seguro.

Unos años antes, a finales del siglo XVI, se había fundado una Hermandad en el antiguo convento de san Basilio. Esta hermandad solo tenía un Crucificado que procesionaba en Semana Santa. Con el paso de los años decidieron adquirir una Virgen, a la que darían la advocación de Esperanza.

Por otra parte, la leyenda nos dice que a mediados del XVII se necesitaba en el hospital un reloj con campanas para los servicios religiosos. Providencialmente, la Hermandad de la calle Relator tenía un reloj que les había donado un devoto, pero no lo utilizaban porque ya tenían el del convento de san Basilio. Entonces propusieron cambiar la Virgen por el reloj.

Pero no fue tarea fácil, ya que el administrador del hospital no quería perder del todo la imagen, por lo que exigió que no constase como permuta definitiva, sino como cesión temporal sine die. La Hermandad podía anular el acuerdo cuando quisiera, pero no así el hospital, que solo podría romper el contrato si la imagen entrara en los terrenos del hospital.

Por este motivo, la Hermandad de la Macarena no se atrevía a pasar con su Virgen el pórtico del hospital. No obstante, en 1.846, se derrumbó el techo de san Gil mientras la Hermandad realizaba su estación de Penitencia. Ante la imposibilidad de regresar al templo, dispusieron los oficiales de esta Corporación que la cofradía entrara en el recinto sanitario. Hizo la entrada el cuerpo de nazarenos y el paso de Misterio, atravesando de igual forma el cancel el grupo de penitentes de la Esperanza. En ese momento, uno de los presentes, un anciano, a voz en grito, clamaba que no entraran la Virgen en el hospital, pues la perderían. Contó al Hermano Mayor que de joven había sido aprendiz de relojero y había ayudado a la instalación del reloj en el hospital, por lo que conocía los términos del contrato. Finalmente, se llevaron los pasos a la iglesia de san Hermenegildo, en la Puerta de Córdoba, … por si acaso.

A pesar de todo, el bulo se rompió. En varias ocasiones, el paso de la Esperanza Macarena entró en el Hospital a su vuelta de la estación de Penitencia, como ocurrió la mañana de Viernes Santo de 1.937, durante la guerra civil española, en que tuvo acceso al interior, según la prensa local, para bendecir a los heridos del frente de batalla. 




martes, julio 24, 2012

Tesoro De La Virgen De Gracia,Patrona De Carmona


Sobre el origen e incidencias del tesoro de la Virgen de Gracia las noticias que tenemos son verbales ya que el archivo del convento Jerónimo donde residía la imagen anteriormente desapareció con la desamortización, y sólo comienzan a ser escritas a partir de ese momento de la exclaustración.
           
            En 1822 se hizo una tasación de las joyas. Desde entonces el tesoro residió junto con la Virgen en el mencionado convento de San Jerónimo hasta que en 1835 los monjes fueron exclaustrados y la Virgen pasó a la parroquia de Santa María, y el tesoro fue vendido en pública subasta.
 Lazo de Dama, en oro, plata, zafiros, diamantes y esmeraldas. Siglo XIX.

Lazo de Dama de la reina, en oro, plata, diamantes, rubíes y esmeraldas. Siglo XIX.

Lazo de Dama, en oro, plata y diamantes. Siglo XIX. 

 Ante este hecho el décimo marqués de las Torres de la Pressa Miguel Lasso de la Vega y Madariaga, y su mujer Carmen Quintanilla Melgarejo, natural de Carmona, compraron el tesoro, reservando a la imagen el uso exclusivo de ellas, pero naturalmente reservándose su custodia.

            En el año de 1948 se formó la Hermandad de la Virgen de Gracia con residencia en la parroquia de Santa Maria. Esta se ocupó de su culto; pero las joyas seguían siendo propiedad de los Marqueses de las Torres. En el pasado año de 1986 los actuales marqueses, Miguel Lasso de la Vega y Marañón y su mujer Dolores Porres Osborne cedieron la posesión y custodia de las joyas a la Hermandad, por lo que desde ese momento pertenecen de pleno a ella.
 Rostrillo en oro y esmeraldas de procedencia indiana. Donación de Francisco Rivera en 1680.

Rostrillo de plata dorada, repujadas y cinceladas con perlas y esmeraldas. Siglo XVII - XVIII.

       Conjunto de "broches barrocos", en oro y diamantes, siglos XVII - XVIII.

El tesoro consta de 103 piezas contando cada par de zapatos o pendientes como una unidad. Esta compuesto de obras de oro y plata con abundancia de toda clase de piedras preciosas, perlas y esmaltes, y contiene tanto piezas de culto como joyas religiosas y profanas.

Cadena de filigrana, donación realizada por el capitán Gregorio Morena en 1659.

         
 Rostrillo de plata y brillantes. Principios siglo XIX.
         La época en que realizaron las piezas es muy dilatada pues la más antigua –si se excluyen las monedas visigodas- datan de la segunda mitad del siglo XVI y las más modernas del presente siglo, aunque la mayoría se realizaron entre fines del XVI y fines del XVIII.
             El uso de estas joyas es de dos tipos, un grupo que tiene la imagen continuamente puestas, y otro que solo luce en las festividades especiales, pero en realidad esta clasificación es arbitraria y no obedece a ningún criterio especial sino el de la tradición o el gusto.
Andas, en plata repujada y cincelada. Fines siglo XVII

Coronas en oro, brillantes y rubíes, obra de Gargallo. Fines siglo XVII.

          En cuanto a la finalidad de las obras unas fueron creadas especialmente para la imagen es decir, que tienen un carácter sacro, mientras que otras son puramente profanas y proceden de regalos de particulares a la Virgen.
            En cuanto a la indumentaria de la Virgen, el estilo formal de la imagen ha sufrido algunas modificaciones con el discurrir del tiempo. En un principio la corriente fue vestir a las Virgenes con los trajes de la época, dado que en su mayoria eran donaciones del propio ajuar de las damas de la alta sociedad, pero la rápida aceptación de las imagenes de vestir llevó consigo que en seguida se crearan los trajes expresamente para ellas. Entonces, la tendencia barroca a la fastuosidad fue complicando los diseños y extendiendo hasta ellos el particular artístico imperante. Esto fue así hasta el advenimiento de las corrientes neoclásicas que calificaron a las realizaciones barrocas como obras de pésimo gusto y consiguieron imponer la austeridad en el arte. Mal que bien, los creadores de las prendas de culto conjugaron las nuevas ideas estéticas con la arraigada y nunca olvidada inclinación popular hacia los espectaculares ornatos en las imágenes, comprendiéndose así por qué a partir de cierta fecha se volvió la vista atrás y se logró el triunfo de las concepciones artísticas del Barroco, anclando estas obras en ese particular estilo, al margen de la evolución general seguida por el arte en todas las restantes manifestaciones.






Distintos trajes del ajuar de la Stma. Virgen de Gracia

            En el ajuar de la Stma. Virgen de Gracia podemos así distinguir dos grupos ornamentales bien diferenciados. El primero sería el que más de se acerca al estilo de las imágenes de penitencia, con telas recubiertas de ricos bordados en oro, y el segundo está formado por vestidos de corte sencillo, en los que la irrenunciable espectacularidad viene dada por el valor del propio tejido y de sus adornos de encaje.

            Todos estos trajes, a su vez, pueden clasificarse en dos grupos, correspondientes a los denominados de salida y de camarín. Los de salida tienen en nuestra caso escasa frecuencia de uso, mientras los de camarín son los que luce diariamente en su lugar de culto dentro de la iglesia parroquial.








  



Historia De La Virgen De Gracia ,Patrona De Carmona





Todos los relatos conocidos de la invención de la Imagen de Nuestra Sra. De Gracia se basan en un manuscrito, hoy desaparecido, redactado probablemente a fines del siglo XVI por un fraile jerónimo del monasterio de Carmona. Tras la disolución del monasterio en el siglo XIX, el citado manuscrito llegó a poder de D. Sebastián Gómez Muñiz, párroco de la iglesia de Santa María de Carmona, y autor de diversos libros, entre los cuales se cuenta uno, publicado en 1890, en el que utiliza y en gran parte transcribe lo que él denomina crónica del monasterio del Ntra. Sra. De Gracia. Según todos los indicios, se trataba de un libro en el que se recogieron los milagros realizados por intercesión de la Virgen de Gracia.

El manuscrito en cuestión fue consultado en el siglo XVII por  el Padre Arellano, autor  de la primera Historia de Carmona, y, ya en el siglo XVIII, por el compilador del Cuaderno de noticias referentes a la invención de la Imagen de la Virgen de Gracia y por el anónimo “Curioso Carmonense”, autor de una interesante Historia de Carmona. El relato de la invención de la Imagen de la Virgen es básicamente el mismo en todos los textos que acabamos de citar, aunque, como es lógico, existan variantes entre ellos, algunas de cierta importancia, como veremos enseguida. En resumen, todos ellos coinciden en poner de relieve los siguientes elementos de la narración:

Fotografia oficial de la virgen de Gracia
  1.- Ocultación  de la imagen de Ntra. Señora, a poco de ocurrida la conquista de Carmona por los árabes, “en lugar y cueva escondido... porque no viniese a manos de la gente bárbara”, donde permanecería mas de 500 años.Es la mejor opción de esta historia de la señora

2.- Tras la conquista y repoblación por los cristianos, la Imagen fue descubierta, en una gruta o cueva, por un pastor, quien dio aviso del hallazgo a los clérigos de Carmona. Al difundirse la noticia, el pueblo acudió en masa a la cueva, y la imagen de la Virgen fue llevada al pueblo en procesión.Fue la dicha aparición de la señora en carmona previamente ocultada en la gruta o cueva.

3.- A la mañana siguiente, se descubrió que la imagen había regresado milagrosamente a la cueva donde había sido hallada. El prodigio fue interpretado como señal evidente de que la voluntad de Ntra. Señora era que su Imagen permaneciese en el lugar donde había permanecido oculta durante varios siglos. Por ello la villa levantó allí mismo una pequeña iglesia o ermita donde comenzó a rendírsele culto bajo la advocación  de Virgen de Gracia,un dato de la que podríamos llamar leyenda puesto que la virgen de gracia se encuentra en la real parroquia de santa maría de gracia.
      
Momento de La coronación canónica 
            Dejando de lado otras posibles lecturas, la leyenda de Carmona contiene casi todos los elementos de este tipo de tradiciones: invención, tras la reconquista, de una imagen oculta durante la dominación musulmana; asociación del lugar de la invención con una fuente y una cueva. El carácter humilde de la persona a través de la cual se produce el hallazgo: un pastor, un niño, un campesino...Y, por último, la voluntad expresada milagrosamente por la Virgen de recibir culto en el lugar donde había sido encontrada, dato éste que, en el caso de Carmona, sucesivos responsables del culto a la Imagen (santeros, ermitaños y capellanes, en su primera época, y, desde 1477, los frailes isidros y jerónimos) de impedir que se les arrebatara por parte del clero parroquial el monopolio sobre el culto a la venerada Imagen  de Ntra. Señora, y sobre los beneficios económicos que del mismo se derivaban.

Quedan, no obstante, algunos puntos oscuros. El primero sería el del momento en que se inició el culto a la Imagen de Ntra. Sra. De Gracia. Parece lógico suponer, si hemos de seguir la tradición, que la devoción comenzó a dar sus primeros pasos a raíz de la invención milagrosa de la Imagen. ¿Cuándo se produjo este hecho? La opinión aceptada – y, prueba de ello es la celebración en el año 1990 del VII Centenario del suceso- es que el hallazgo ocurrió en 1290. Sin embargo el manuscrito de fines del siglo XVI, hoy perdido, donde por primer vez se dio forma a esta tradición, no precisaba la fecha del acontecimiento.
Así pues, a fines del siglo XVI – es decir, transcurrida ya la primera etapa de la historia del monasterio y producida su plena integración en la Orden Jerónima – la cuestión seguía sin resolverse. La necesidad de resolver esta cuestión llevó a los frailes jerónimos a proponer la fecha de 1290 que mantenía el milagro dentro de los límites de esos más de quinientos años – ahora eran exactamente 575 años – que según la tradición, estuvo oculta la Imagen de Nuestra Señora.

Pero, vista las cosas desde otra perspectiva, la fecha de 1290 no es tan caprichosa como a primera vista pudiera parecer, y responde, tal vez, al momento –finales del siglo XIII o comienzos del siglo XIV – en que el culto a la Virgen de Gracia dio sus primeros pasos. Evidentemente se trata de una estatua de estilo gótico, que se mantiene dentro de una tradición iconográfica que tanto puede corresponder al siglo XIII como al XIV. Lo que está claro es que no se trata de una estatua visigótica, como pretende la leyenda. El manuscrito de fines del siglo XVI responde, de forma indirecta, a esta cuestión, al referirse al más antiguo de los enterramientos conservados en el Iglesia del monasterio. 

A partir de este momento, el culto a al Virgen de Gracia se desarrolló de una forma, diríamos, normal. Queremos decir que debió convivir durante mucho tiempo con otras devociones más  o menos populares, como la de Ntra. Sra. De la Antigua, Ntra. Sra. Del Real, Sta. Maria del Alcor de Sta. Maria de las Cuevas. En cualquier caso, e independientemente de que la devoción popular experimentase a lo largo del tiempo las lógicas oscilaciones, parece que el culto a la Virgen de Gracia estaba bien organizado y gozaba del respaldo del clero parroquial o de la Universidad de Beneficiados de Carmona, institución que agrupaba a la totalidad del clero secular de la villa. De hecho, el culto estaba atendido por los capellanes locales. Más tarde, al pasar a depender la ermita del patronato de los reyes, fueron los propios monarcas los que designaban a los capellanes encargados de ella.

El gran momento en la historia del culto a la Virgen de Gracia se produjo en 1477 cuando la ermita se convirtió en monasterio. A raíz de una visita al monasterio de San Isidoro del Campo (Santiponce), Isabel la Católica, en su condición de “patrona” de la ermita de la Virgen de Gracia, nombró administrador de la misma a fray Juan de Melgarejo, prior del citado monasterio, y a sus frailes.

Arropado el culto de la Virgen de Gracia en torno a una comunidad estable de unos seis frailes – ninguna de las otras imágenes que podía competir con la de la Virgen de Gracia por el fervor popular contaba con esta infraestructura humana -, las festividades marianas en el nuevo monasterio debieron tener desde un principio un aire de solemnidad nuevo que atrajo, primero la curiosidad de la gente, después la generosidad de los poderosos y, más tarde, a masas crecientes de devotos, que acudían movidos por la fama de los milagros que se atribuían a la Virgen de Gracia. Se había establecido, de forma predominante y casi exclusiva, la devoción y el culto a la imagen venerada en la antigua ermita, arrinconando y haciendo casi olvidar otras advocaciones marianas que habían gozado en tiempos de gran popularidad. Esta nueva situación debió producirse entrado ya el siglo XVI. Todavía a fines del siglo XV, el monasterio de la Virgen era una centro devocional entre varios, tal vez el más importante de Carmona, y junto a él conservaban aún bastante popularidad la antigua ermita de Santa María la Real y algún otro monasterio y ermita.

La Virgen de Gracia, utilizando el vehículo de los milagros – que es el más habitual y efectivo -, va ganando fieles desde el siglo XV hasta convertirse en el siglo XIX y hasta el momento presente en símbolo indiscutible del pueblo de Carmona.

A finalizar el siglo XVII la imagen remonta su popularidad y llega a convertirse de nuevo en la gran protectora del pueblo. Desde las últimas décadas del siglo XVIII y hasta 1834 la Virgen será solicitada decenas de veces para que acuda al pueblo y les salve de la enfermedad y la penuria económica. Los cabildos van a tomar la iniciativa de traes –hacer subir- a la Virgen hasta la iglesia prioral de Santa María para hacerle funciones –novenas y procesiones- y así conseguir el bien buscado. Se inicia de esta forma una práctica que terminará con la permanente presencia de la imagen en el pueblo a partir de 1835 como consecuencia de la desamortización.

Tenemos la impresión de que las subidas de la Virgen se convirtieron para Carmona en la mayor de las celebraciones festivas. Su excepcionalidad –solo se justificaba la subida por una causa relevante o catastrófica – añadía , si cabe, mayores motivos de interés a la fiesta, sin olvidar la tensión social que el hambre o el miedo a la enfermedad y a la muerte pudiera crear.

Cueva donde "Apareció" La virgen de gracia
Esta línea ascendente de predominio de la Virgen de Gracia se ponde de manifiesto en el consideración como patrona que ha tenido a lo largo del tiempo, aunque no lo fuera canónicamente hasta 1818 cuando culminaron las gestiones declarándola patrona el Papa Pio VII. En 1897 se reconfirma el acuerdo.

Tras la desamortización de ley de Mendizabal y la consiguiente salida de los frailes jeronimos, el ayuntamiento aprovecha la ocasión para reclamar la Imagen y de esta manera trasladarla y entronizarla en el primer templo de la ciudad, la prioral de Santa Maria y así poder estar más cerca de sus fieles y devotos.

Ya dentro de nuestros días más concretamente el 18 de marzo de 1948, el ilustrísimo señor Vicario General del Arzobispado de Sevilla aprueba las Reglas y creación de la Hermandad de Nuestra Sra. De Gracia. La cual compuesta por seglares activos y fervorosos, se ha encargado desde entonces de la organización de todos los actos y cultos de la Señora, así como extender aún más la devoción hacia la Imagen.  




El 15 de septiembre de 1990, fecha no por soñada menos esperada por tantos miles y miles de carmonenses bien nacidos, tiene lugar en un impresionante altar montado para la ocasión junto a la puerta de Sevilla, la Coronación Canónica de la Santísima Virgen de Gracia. La culminación a este acto es un recorrido por las calles de Carmona llegando incluso hasta la ermita.
        Actualmente la hermandad tiene censados aproximadamente 2.370 hermanos repartidos por toda la geografía nacional. Así mismo existe la hermandad  filial de la Stma. Virgen de Gracia de Barcelona compuesta en su mayor parte por personas nacidas o descendientes de Carmona que emigraron en los años 60 y 70 a Cataluña.

Cada 8 de Septiembre en Carmona se celebra el besamanos y la misa en honor a la virgen de gracia, también es el santo de la persona que mas quiero que lleva este bonito nombre de su patrona.



Retablos De Esperanza II



Retablos De Esperanza